martes, 24 de julio de 2018

Beber de su cáliz para sentarse a su derecha

Miércoles, 25 De Julio De
Fiesta de Santiago, apóstol


Beato Darío Acosta Zurita - Beato Darío Acosta Zurita | San Pablo Palestina - | Más...


Carta II de San Pablo a los Corintios 4,7-15.

Hermanos:
Nosotros llevamos un tesoro en recipientes de barro, para que se vea bien que este poder extraordinario no procede de nosotros, sino de Dios.
Estamos atribulados por todas partes, pero no abatidos; perplejos, pero no desesperados;
perseguidos, pero no abandonados; derribados, pero no aniquilados.
Siempre y a todas partes, llevamos en nuestro cuerpo los sufrimientos de la muerte de Jesús, para que también la vida de Jesús se manifieste en nuestro cuerpo.
Y así aunque vivimos, estamos siempre enfrentando a la muerte por causa de Jesús, para que también la vida de Jesús se manifieste en nuestra carne mortal.
De esa manera, la muerte hace su obra en nosotros, y en ustedes, la vida.
Pero teniendo ese mismo espíritu de fe, del que dice la Escritura: Creí, y por eso hablé, también nosotros creemos, y por lo tanto, hablamos.
Y nosotros sabemos que aquel que resucitó al Señor Jesús nos resucitará con él y nos reunirá a su lado junto con ustedes.
Todo esto es por ustedes: para que al abundar la gracia, abunde también el número de los que participan en la acción de gracias para gloria de Dios.

Salmo 126(125),1-2ab.2cd-3.4-5.6.

Cuando el Señor cambió la suerte de Sión,
nos parecía que soñábamos:
nuestra boca se llenó de risas
y nuestros labios, de canciones.

Hasta los mismos paganos decían:
"¡El Señor hizo por ellos grandes cosas!".
¡Grandes cosas hizo el Señor por nosotros
y estamos rebosantes de alegría!

¡Cambia, Señor, nuestra suerte
como los torrentes del Négueb!
Los que siembran entre lágrimas
cosecharán entre canciones.

El sembrador va llorando
cuando esparce la semilla,
pero vuelve cantando
cuando trae las gavillas.

Evangelio según San Mateo 20,20-28.

La madre de los hijos de Zebedeo se acercó a Jesús, junto con sus hijos, y se postró ante él para pedirle algo.
"¿Qué quieres?", le preguntó Jesús. Ella le dijo: "Manda que mis dos hijos se sienten en tu Reino, uno a tu derecha y el otro a tu izquierda".
"No saben lo que piden", respondió Jesús. "¿Pueden beber el cáliz que yo beberé?". "Podemos", le respondieron.
"Está bien, les dijo Jesús, ustedes beberán mi cáliz. En cuanto a sentarse a mi derecha o a mi izquierda, no me toca a mí concederlo, sino que esos puestos son para quienes se los ha destinado mi Padre".
Al oír esto, los otros diez se indignaron contra los dos hermanos.
Pero Jesús los llamó y les dijo: "Ustedes saben que los jefes de las naciones dominan sobre ellas y los poderosos les hacen sentir su autoridad.
Entre ustedes no debe suceder así. Al contrario, el que quiera ser grande, que se haga servidor de ustedes;
y el que quiera ser el primero que se haga su esclavo:
como el Hijo del hombre, que no vino para ser servido, sino para servir y dar su vida en rescate por una multitud".

Extraído de la Biblia: Libro del Pueblo de Dios.




San Juan Crisóstomo (c. 345-407)
presbítero en Antioquía, después obispo de Constantinopla, doctor de la Iglesia
Homilía sobre Mateo, nº 65

Por mediación de su madre, los hijos del Zebedeo, en presencia de sus compañeros apremian a Cristo, diciéndole: «Ordena que se sienten uno a tu derecha y el otro a tu izquierda» (cf Mt 10, 35)...  Cristo se apresura a hacerles dar cuenta de sus ilusiones, y les dice que deben estar prestos a sufrir injurias, persecuciones e incluso la misma muerte: «No sabéis lo que pedís. ¿Sois capaces de beber el cáliz que yo voy a beber?» Que nadie se sorprenda de ver a los apóstoles en unas disposiciones tan imperfectas. Espera que se cumpla el misterio de la cruz, que la fuerza del Espíritu les haya sido comunicada. Si quieres ver la fuerza de su alma, mírales más tarde, y les verás superiores a todas las debilidades humanas. Cristo no esconde sus pequeñeces, para que percibas mejor qué llegaran a ser ya que la fuerza de la gracia les va a transformar...

«No sabéis lo que pedís».  No sabéis cuan grande es este honor y cuan prodigioso. ¿Sentaros a mi derecha? Esto sobrepasa incluso a las potestades angélicas. «¿Sois capaces de beber el cáliz que yo he de beber?» Me estáis hablando de tronos y diademas insignificantes; yo os hablo de luchas y sufrimientos. No es ahora que voy a recibir mi realeza; no ha llegado todavía la hora de la gloria. Para mí y los míos es el momento de la violencia, del combate, del peligro.

Fíjate bien y verás como no les pregunta directamente: «¿Estáis a punto para derramar vuestra sangre?» Para animarlos les propone de compartir su mismo cáliz, de vivir en comunión con él... Más tarde verás a este mismo san Juan, que de momento busca el primer puesto, ceder siempre el primer puesto a san Pedro... En lo que se refiere a Jaime, su apostolado ha sido corto. Ardiente de fervor, menospreciando completamente los intereses puramente humanos, por su celo ha merecido ser, de entre los apóstoles, el primero en sufrir el martirio (Hech 12, 2).



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El Evangelio del Día


martes 24 Julio 2018

Martes de la decimosexta semana del tiempo ordinario

Beato Juan Antonio Pérez Mayo, san Francisco Solano, Beato Cristóbal de Santa Catalina

Leer el comentario del Evangelio por
San Agustín : «Los que hacen la voluntad de Dios, son mi hermano y mi madre»

Miqueas 7,14-15.18-20.

Apacienta con tu cayado a tu pueblo, al rebaño de tu herencia, al que vive solitario en un bosque, en medio de un vergel. ¡Que sean apacentados en Basán y en Galaad, como en los tiempos antiguos!
Como en los días en que salías de Egipto, muéstranos tus maravillas.
¿Qué dios es como tú, que perdonas la falta y pasas por alto la rebeldía del resto de tu herencia? El no mantiene su ira para siempre, porque ama la fidelidad.
El volverá a compadecerse de nosotros y pisoteará nuestras faltas. Tú arrojarás en lo más profundo del mar todos nuestros pecados.
Manifestarás tu lealtad a Jacob y tu fidelidad a Abraham, como juraste a nuestros padres desde los tiempos remotos.


Salmo 85(84),2-4.5-6.7-8.

Fuiste propicio, Señor, con tu tierra,
cambiaste la suerte de Jacob;
perdonaste la culpa de tu pueblo,
lo absolviste de todos sus pecados;

reprimiste toda tu indignación
y aplacaste el ardor de tu enojo.
¡Restáuranos, Dios, salvador nuestro;
olvida tu aversión hacia nosotros!

¿Vas a estar enojado para siempre?
¿Mantendrás tu ira eternamente?
¿No volverás a darnos la vida,
para que tu pueblo se alegre en ti?

¡Manifiéstanos, Señor, tu misericordia
y danos tu salvación!



Mateo 12,46-50.

Todavía estaba hablando a la multitud, cuando su madre y sus hermanos, que estaban afuera, trataban de hablar con él.
Alguien le dijo: "Tu madre y tus hermanos están ahí afuera y quieren hablarte".
Jesús le respondió: "¿Quién es mí madre y quiénes son mis hermanos?".
Y señalando con la mano a sus discípulos, agregó: "Estos son mi madre y mis hermanos.
Porque todo el que hace la voluntad de mi Padre que está en el cielo, ese es mi hermano, mi hermana y mi madre".



Extraído de la Biblia: Libro del Pueblo de Dios.



Leer el comentario del Evangelio por :

San Agustín (354-430), obispo de Hipona (África del Norte), doctor de la Iglesia
Sobre la virginidad, C. 5

«Los que hacen la voluntad de Dios, son mi hermano y mi madre»

Las que se consagran totalmente al Señor, no deben afligirse de que guardando su virginidad como María, no pueden ser madres según la carne... El que es fruto de una sola Virgen santa, es la gloria y el honor de todas las demás vírgenes, porque como María, son madres de Cristo, si hacen la voluntad de su Padre.
La gloria y la felicidad de María, de ser la madre de Cristo, alcanzan a todos en estas palabras del Señor: "Quien hace la voluntad de mi Padre que está en los Cielos, ése es mi hermano, mi hermana y mi madre". Indica así el parentesco espiritual que lo relaciona con pueblo que rescató. Sus hermanos y sus hermanas, son los varones y las mujeres santas que son coherederos con él de su herencia celeste (Rm 8,17).
Su madre es la Iglesia entera, porque ella es quien, por la gracia de Dios, da a luz a los miembros de Cristo, es decir a los que le son fieles. Su madre es también toda alma santa, que hace la voluntad de su Padre y cuya caridad fecunda se manifiesta en aquellos a los que da a luz para Él, "hasta que Él mismo, sea formado en ellos " (Ga 4,19)...
Entre todas las mujeres, María es la única que es virgen y madre al mismo tiempo, no sólo por el espíritu, sino también por el cuerpo. Es madre según el espíritu... de los miembros de Cristo, es decir de nosotros, porque cooperó por su caridad a dar a luz en la Iglesia a los fieles, que son los miembros de esto divino Maestro, nuestra cabeza (Ef 4,15-16), verdaderamente Ella es madre según la carne. Hacía falta, en efecto, que nuestro Maestro naciera, según la carne, de una virgen para enterarnos de que nosotros, sus miembros, debíamos nacer según el espíritu de otra virgen que es la Iglesia. María es pues la única, que es madre y virgen a la vez de espíritu y de cuerpo. Pero la Iglesia entera, en los santos que deben poseer el Reino de Dios, es, según el espíritu, madre de Cristo y virgen de Cristo.







lunes, 23 de julio de 2018

El Evangelio del Día


lunes 23 Julio 2018

Lunes de la decimosexta semana del tiempo ordinario

Santa Brígida de Suecia

Leer el comentario del Evangelio por
San Francisco Javier : «Sin mí, no podéis hacer nada»

Miqueas 6,1-4.6-8.

Escuchen lo que dice el Señor:
«¡Levántate, convoca a juicio a las montañas y que las colinas escuchen tu voz!
¡Escuchen, montañas, el pleito del Señor, atiendan, fundamentos de la tierra! Porque el Señor tiene un pleito con su pueblo, entabla un proceso contra Israel;
"¿Qué te hice, pueblo mío, o en qué te molesté? Respóndeme.
¿Será porque te hice subir de Egipto, porque te rescaté de un lugar de esclavitud y envié delante de ti a Moisés, Aarón y Miriam?"»
¿Con qué me presentaré al Señor y me postraré ante el Dios de las alturas? ¿Me presentaré a él con holocaustos, con terneros de un año?
¿Aceptará el Señor miles de carneros, millares de torrentes de aceite? ¿Ofreceré a mi primogénito por mi rebeldía, al fruto de mis entrañas por mi propio pecado?
Se te ha indicado, hombre, qué es lo bueno y qué exige de ti el Señor: nada más que practicar la justicia, amar la fidelidad y caminar humildemente con tu Dios.


Salmo 50(49),5-6.8-9.16bc-17.21.23.


"Reúnanme a mis amigos,
a los que sellaron mi alianza con un sacrificio".
¡Que el cielo proclame su justicia,
porque el Señor es el único Juez!

No te acuso por tus sacrificios:
¡tus holocaustos están siempre en mi presencia!
Pero yo no necesito los novillos de tu casa
ni los cabritos de tus corrales.

"¿Cómo te atreves a pregonar mis mandamientos
y a mencionar mi alianza con tu boca,
tú, que aborreces toda enseñanza
y te despreocupas de mis palabras?

Haces esto, ¿y yo me voy a callar?
¿Piensas acaso que soy como tú?
Te acusaré y te argüiré cara a cara.
El que ofrece sacrificios de alabanza,
me honra de verdad;
y al que va por el buen camino,
le haré gustar la salvación de Dios."





Mateo 12,38-42.

Entonces algunos escribas y fariseos le dijeron: "Maestro, queremos que nos hagas ver un signo".
El les respondió: "Esta generación malvada y adúltera reclama un signo, pero no se le dará otro que el del profeta Jonás.
Porque así como Jonás estuvo tres días y tres noches en el vientre del pez, así estará el Hijo del hombre en el seno de la tierra tres días y tres noches.
El día del Juicio, los hombres de Nínive se levantarán contra esta generación y la condenarán, porque ellos se convirtieron por la predicación de Jonás, y aquí hay alguien que es más que Jonás.
El día del Juicio, la Reina del Sur se levantará contra esta generación y la condenará, porque ella vino de los confines de la tierra para escuchar la sabiduría de Salomón, y aquí hay alguien que es más que Salomón."



Extraído de la Biblia: Libro del Pueblo de Dios.



Leer el comentario del Evangelio por :

San Francisco Javier (1506-1552), jesuita, misionero
Carta del 05/11/1549, n° 90, 34-36

«Sin mí, no podéis hacer nada»


Que nadie alimente la ilusión de pensar que destacará en las cosas grandes, si no destaca en las cosas humildes. Creedme hay una especie de fervores, y, por mejor decirlo, tentaciones...Ciertamente para no renunciar a su voluntad haciendo lo que la obediencia les prescribe, desean hacer otras cosas más importantes, sin recordar que si no tienen virtud para las cosas pequeñas, menos tendrán para las grandes. En efecto cuando se lanzan a las cosas grandes y difíciles, con poco sacrificio y fuerza de ánimo, reconocen su atracción por la tentación, cuando se encuentran sin fuerzas...

No os escribo estas cosas para impediros el ánimo a cosas muy altas, señalándoos por grandes siervos de Dios, dejando memoria de vosotros para los que después de vuestros días vendrán; mas dígolas a este fin solamente para que en las cosas pequeñas os mostréis grandes, aprovechándoos mucho en el conocimiento de las tentaciones, en ver para cuánto sois, fortificándoos totalmente en Dios; y si en esto perseveráredes, no dudo sino que creceréis siempre en humildad y espíritu, y haréis mucho fruto en las almas, yendo quietos y seguros dondequiera que fuéredes.







domingo, 22 de julio de 2018

El Evangelio del Día


domingo 22 Julio 2018

Decimosexto Domingo del tiempo ordinario
Santa María Magdalena

San Lorenzo de Brindis

Leer el comentario del Evangelio por
San Beda el Venerable : «Vengan a parte a un lugar solitario, para descansar un poco» (Trad. ©Evangelizo.org)

Jeremías 23,1-6.

¡Ay de los pastores que pierden y dispersan el rebaño de mi pastizal! -oráculo del Señor-.
Por eso, así habla el Señor, Dios de Israel, contra los pastores que apacientan a mi pueblo: ustedes han dispersado mis ovejas, las han expulsado y no se han ocupado de ellas. Yo, en cambio, voy a ocuparme de ustedes, para castigar sus malas acciones -oráculo del Señor-.
Yo mismo reuniré el resto de mis ovejas, de todos los países adonde las había expulsado, y las haré volver a sus praderas, donde serán fecundas y se multiplicarán.
Yo suscitaré para ellas pastores que las apacentarán; y ya no temerán ni se espantarán, y no se echará de menos a ninguna -oráculo del Señor-.
Llegarán los días -oráculo del Señor- en que suscitaré para David un germen justo; él reinará como rey y será prudente, practicará la justicia y el derecho en el país.
En sus días, Judá estará a salvo e Israel habitará seguro. Y se lo llamará con este nombre: "El Señor es nuestra justicia".


Salmo 23(22),1-3a.3b-4.5.6.

El Señor es mi pastor,
nada me puede faltar.
El me hace descansar en verdes praderas,
me conduce a las aguas tranquilas
y repara mis fuerzas;
me guía por el recto sendero,

Aunque cruce por oscuras quebradas,
no temeré ningún mal,
porque Tú estás conmigo:
tu vara y tu bastón me infunden confianza.
Tú preparas ante mí una mesa,
frente a mis enemigos;

unges con óleo mi cabeza
y mi copa rebosa.
Tu bondad y tu gracia me acompañan
a lo largo de mi vida;
y habitaré en la Casa del Señor,
por muy largo tiempo.




San Pablo a los Efesios 2,13-18.

Pero ahora, en Cristo Jesús, ustedes, los que antes estaban lejos, han sido acercados por la sangre de Cristo.
Porque Cristo es nuestra paz; él ha unido a los dos pueblos en uno solo, derribando el muro de enemistad que los separaba,
y aboliendo en su propia carne la Ley con sus mandamientos y prescripciones. Así creó con los dos pueblos un solo Hombre nuevo en su propia persona, restableciendo la paz,
y los reconcilió con Dios en un solo Cuerpo, por medio de la cruz, destruyendo la enemistad en su persona.
Y él vino a proclamar la Buena Noticia de la paz, paz para ustedes, que estaban lejos, paz también para aquellos que estaban cerca.
Porque por medio de Cristo, todos sin distinción tenemos acceso al Padre, en un mismo Espíritu.


Marcos 6,30-34.

Los Apóstoles se reunieron con Jesús y le contaron todo lo que habían hecho y enseñado.
El les dijo: "Vengan ustedes solos a un lugar desierto, para descansar un poco". Porque era tanta la gente que iba y venía, que no tenían tiempo ni para comer.
Entonces se fueron solos en la barca a un lugar desierto.
Al verlos partir, muchos los reconocieron, y de todas las ciudades acudieron por tierra a aquel lugar y llegaron antes que ellos.
Al desembarcar, Jesús vio una gran muchedumbre y se compadeció de ella, porque eran como ovejas sin pastor, y estuvo enseñándoles largo rato.



Extraído de la Biblia: Libro del Pueblo de Dios.



Leer el comentario del Evangelio por :

San Beda el Venerable (c. 673-735), monje benedictino, doctor de la Iglesia
Comentario del Evangelio de Marcos

«Vengan a parte a un lugar solitario, para descansar un poco» (Trad. ©Evangelizo.org)

«Los apóstoles se reunieron con Jesús y le contaron todo lo que habían hecho y lo que habían enseñado». Los apóstoles no están solos…, hay otros discípulos de Jesús y algunos discípulos de Juan Bautista…«Jesús les dice: 'vengan a parte a un lugar solitario, para descansar un poco'». Para hacer comprender cuanto era necesario de dar un descanso a los discípulos, el evangelista prosigue diciendo: «Y es que los que iban y venían eran tantos que no les quedaba tiempo ni para comer». Este cansancio de los que enseñaban tanto como el ardor de los que se dejaban instruir, muestra aquí cuan feliz se era en aquél tiempo.

¡Si solamente la providencia de Dios hiciera lo mismo en nuestra época, y que una gran multitud de fieles se precipitara alrededor de los ministros de su Palabra para escucharlos, incluso sin dejarles el tiempo de retomar sus fuerzas!...si se les reclamara a tiempo y a destiempo la palabra de fe, se quemarían del deseo de meditar los preceptos de Dios y de ponerlos en práctica sin cesar, de manera que sus actos no desmentirían sus enseñanzas.

«Así que se fueron en la barca, a parte, a un lugar solitario»…las personas los siguieron. Rápidamente se dirigieron al desierto, pero no sentados sobre burros o en vehículos de cualquier tipo, pero a pie. Por este esfuerzo personal mostraron cuanto cuidado tenían de su salvación. Jesús, a su vez, acogía a las personas cansadas. Como salvador y médico lleno de poder y de bondad, instruyó a los ignorantes, sanó a los enfermos y alimentó a los hambrientos, manifestando así la gran alegría que le procura el amor de los creyentes.







sábado, 21 de julio de 2018

El Evangelio del Día


sábado 21 Julio 2018

Sábado de la decimoquinta semana del tiempo ordinario

San Alberico Crescitelli

Leer el comentario del Evangelio por
Isaac el Sirio : «Mi siervo no quebrará la caña cascada, no apagará el pábilo vacilante... En su nombre esperarán las naciones»

Miqueas 2,1-5.

¡Ay de los que proyectan iniquidades y traman el mal durante la noche! Al despuntar el día, lo realizan, porque tienen el poder en su mano.
Codician campos y los arrebatan, casas, y se apoderan de ellas; oprimen al dueño y a su casa, al propietario y a su herencia.
Por eso, así habla el Señor: Yo proyecto contra esta gente una desgracia tal que ustedes no podrán apartar el cuello, ni andar con la cabeza erguida, porque será un tiempo de desgracia.
Aquel día, se proferirá contra ustedes una sátira y se entonará esta lamentación: "Hemos sido completamente devastados; ¡se transfiere a otros la parte de mi pueblo! ¿Cómo me la quita a mí y reparte nuestros campos al que nos lleva cautivos?".
Por eso, no tendrás a nadie que arroje la cuerda para medirte un lote, en la asamblea del Señor.


Salmo 9(9B),1-2.3-4.7-8.14.

¿Por qué te quedas lejos, Señor,
y te ocultas en los momentos de peligro?
El pobre se consume por la soberbia del malvado
y queda envuelto en las intrigas tramadas contra él.

Porque el malvado se jacta de su ambición,
el codicioso blasfema y menosprecia al Señor;
el impío exclama en el colmo de su arrogancia:
"No hay ningún Dios que me pida cuenta".

Esto es lo único que piensa.
Su boca está llena de maldiciones,
de engaños y de violencias;
detrás de sus palabras hay malicia y opresión;

se pone al acecho en los poblados
y mata al inocente en lugares ocultos.
Sus ojos espían a los débiles;
Pero tú lo estás viendo:

tú consideras los trabajos y el dolor,
para tomarlos en tus propias manos.
El débil se encomienda a ti;
tú eres el protector del huérfano.




Mateo 12,14-21.

En seguida los fariseos salieron y se confabularon para buscar la forma de acabar con él.
Al enterarse de esto, Jesús se alejó de allí. Muchos lo siguieron, y los curó a todos.
Pero él les ordenó severamente que no lo dieran a conocer,
para que se cumpliera lo anunciado por el profeta Isaías:
Este es mi servidor, a quien elegí, mi muy querido, en quien tengo puesta mi predilección. Derramaré mi Espíritu sobre él y anunciará la justicia a las naciones.
No discutirá ni gritará, y nadie oirá su voz en las plazas.
No quebrará la caña doblada y no apagará la mecha humeante, hasta que haga triunfar la justicia;
y las naciones pondrán la esperanza en su Nombre.



Extraído de la Biblia: Libro del Pueblo de Dios.



Leer el comentario del Evangelio por :

Isaac el Sirio (siglo VII), monje cercano a Mossoul
Sermones ascéticos, 1ª serie, nº 20

«Mi siervo no quebrará la caña cascada, no apagará el pábilo vacilante... En su nombre esperarán las naciones»

     Quiero abrir la boca, hermanos, para hablaros de lo altísima que es la humildad. Estoy lleno de temor, como aquel que sabe que debe hablar de Dios con el lenguaje de sus propios pensamientos. Porque la humildad es el adorno de la Divinidad. El Verbo la revistió al hacerse hombre. Al revestirse de ella la ha vivido en su cuerpo estando con nosotros. Y cualquiera que la ama, se hace, en verdad, semejante a Aquel que descendió desde su altura y recubrió su grandeza y su gloria a través de la humildad, para que, a su vista, la creación no se consumiera. Porque la creación no hubiera podido contemplar al Señor si no hubiera tomado sobre él la humildad y no hubiera, así, vivido con ella. No se hubiera encontrado con él; la creación no hubiera comprendido las palabras salidas de su boca...

Es por eso que cuando la creación ve a un hombre revestido a semejanza de su Maestro, le reverencia y honora como hizo con su Maestro que vivió en ella revestido de humildad. ¿Qué criatura hay que no se deje enternecer a la vista del humilde? Sin embargo, cuando la gloria de la humildad no se había revelado a todos en Cristo se despreciaba la humildad tan llena de santidad. Pero ahora, su grandeza se eleva a los ojos del mundo. Ahora la creación puede recibir por la mediación de un hombre humilde la visión de su Creador. Por eso el humilde no es menospreciado por nadie, ni tan sólo por los enemigos de la verdad. El que ha aprendido la humildad, gracias a ella, es venerado como si llevara corona y púrpura.







viernes, 20 de julio de 2018

El Evangelio del Día


viernes 20 Julio 2018

Viernes de la decimoquinta semana del tiempo ordinario

Beato Luigi Novarese

Leer el comentario del Evangelio por
Afraates : El señor del sábado

Isaías 38,1-6.21-22.7-8.

Ezequías cayó gravemente enfermo. El profeta Isaías, hijo de Amós, fue a verlo y le dijo: "Así habla el Señor: Ordena los asuntos de tu casa, porque vas a morir. Ya no vivirás más".
Ezequías volvió su rostro hacia al pared y oró al Señor,
diciendo: "¡Ah, Señor! Recuerda que yo he caminado delante de ti con fidelidad e integridad de corazón, y que hice lo que es bueno a tus ojos". Y Ezequías se deshizo en llanto.
Entonces la palabra del Señor llegó a Isaías en estos términos:
"Ve a decir a Ezequías: Así habla el Señor, el Dios de tu padre David: He oído tu súplica, he visto tus lágrimas. Yo añadiré otros quince años a tu vida;
te libraré, a ti y a esta ciudad, de manos del rey de Asiria, y defenderé a esta ciudad".
Luego dijo Isaías: "Traigan un emplasto de higos; aplíquenlo sobre la úlcera, y el rey sanará".
Ezequías respondió: "¿Cuál es la señal de que podré subir a la Casa del Señor?".
"Esta es la señal que te da el Señor para confirmar la palabra que ha pronunciado:
En el reloj de sol de Ajaz, yo haré retroceder diez grados la sombra que ha descendido". Y el sol retrocedió en el reloj los diez grados que había descendido.


Isaías 38,10.11.12abcd.16.

Yo decía: En lo mejor de mis días
me tengo que ir:
he sido destinado a las puertas del Abismo
por el resto de mis años.

Yo decía: Ya no contemplaré al Señor
en la tierra de los vivientes;
no veré más a los hombres
entre los habitantes del mundo.

Arrancan mi morada y me la arrebatan,
como una carpa de pastores.
Como un tejedor, yo enrollaba mi vida,
pero él me corta de la trama:

Los que el Señor protege, vivirán,
y su espíritu animará todo lo que hay en ellos:
tú me restablecerás y me harás revivir.





Mateo 12,1-8.

Jesús atravesaba unos sembrados y era un día sábado. Como sus discípulos sintieron hambre, comenzaron a arrancar y a comer las espigas.
Al ver esto, los fariseos le dijeron: "Mira que tus discípulos hacen lo que no está permitido en sábado".
Pero él les respondió: "¿No han leído lo que hizo David, cuando él y sus compañeros tuvieron hambre,
cómo entró en la Casa de Dios y comieron los panes de la ofrenda, que no les estaba permitido comer ni a él ni a sus compañeros, sino solamente a los sacerdotes?
¿Y no han leído también en la Ley, que los sacerdotes, en el Templo, violan el descanso del sábado, sin incurrir en falta?
Ahora bien, yo les digo que aquí hay alguien más grande que el Templo.
Si hubieran comprendido lo que significa: Yo quiero misericordia y no sacrificios, no condenarían a los inocentes.
Porque el Hijo del hombre es dueño del sábado".



Extraído de la Biblia: Libro del Pueblo de Dios.



Leer el comentario del Evangelio por :

Afraates (¿-c. 345), monje, obispo cerca de Mossul
Las Disertaciones, nº13, 1-2.13

El señor del sábado

El Señor, por medio de Moisés, su servidor pidió a los hijos de Israel que observaran el sábado. Les dijo: "Trabajarás durante seis días pero el día séptimo es el sábado, un día de reposo dedicado al Señor tu Dios" (Ex 20,9)...  Y les advirtió: "Descansarás tú, tu esclavo, tu esclava, tus bueyes y tu asno". Y añadió: "Igualmente descansarán el mercenario y el extranjero y todo animal que trabaja a tu servicio" (Ex 23,12)... El sábado no ha sido impuesto como una prueba, una opción entre la vida y la muerte, entre la justicia y el pecado igual que los demás preceptos según los cuales el hombre puede escoger entre la vida y la muerte. No, el sábado es el día que se ha dado al pueblo para su descanso, no sólo el de los hombres sino también el de los animales...

Escucha ahora, pues, cual es el sábado que Dios quiere. Isaías lo ha dicho: "Dad  descanso a los abatidos" (28,12). Y en otra parte: "Los que observan el sábado sin profanarlo, se verán reconfortados por mi alianza y son los que escogen lo que a mí me place" (56,4)... El sábado no hace ningún provecho a los malvados, los asesinos, los ladrones. Pero los que escogen hacer lo que Dios quiere y alejan de sus manos el hacer el mal, Dios habita en ellos y hace su morada en ellos, tal como lo dice su palabra: "Habitaré en ellos y caminaré junto a ellos" (Lv 26,12; 2Co 6,16)... Nosotros, pues, guardemos fielmente el sábado de Dios, es decir, lo que es grato a su corazón. Así entraremos en el sábado del gran descanso, el sábado del cielo y de la tierra en el que toda criatura descansará.







jueves, 19 de julio de 2018

El Evangelio del Día


jueves 19 Julio 2018

Jueves de la decimoquinta semana del tiempo ordinario

San Símaco

Leer el comentario del Evangelio por
San Jerónimo : «La carga ligera de la ley de Cristo» (Trad. ©Evangelizo.org)

Isaías 26,7-9.12.16-19.

La senda del justo es recta, tu allanas el sendero del justo.
Sí, en la senda trazada por tus juicios, esperamos en ti, Señor: tu Nombre y tu recuerdo son el deseo de nuestra alma.
Mi alma te desea por la noche, y mi espíritu te busca de madrugada, porque cuando tus juicios se ejercen sobre la tierra, los habitantes del mundo aprenden la justicia.
Señor, tú nos aseguras la paz, porque eres tú el que realiza por nosotros todo lo que nosotros hacemos.
En medio de la angustia, Señor. acudimos a ti, clamamos en la opresión, cuando nos golpeaba tu castigo.
Como la mujer embarazada, que está por dar a luz, se refuerce y da gritos de dolor, así éramos nosotros delante de ti, Señor.
Hemos concebido, nos hemos retorcido, y no dimos a luz más que viento. ¡No hemos traído la salvación a la tierra, no le nacieron habitantes al mundo!
Pero tus muertos revivirán, se levantarán sus cadáveres. ¡Despierten y griten de alegría los que yacen en el polvo! Porque tu rocío es un rocío de luz, y la tierra dará vida a las Sombras.


Salmo 102(101),13-14ab.15.16-18.19-21.

Tú, Señor, reinas para siempre,
y tu Nombre permanece eternamente.
Tú te levantarás, te compadecerás de Sión,
porque ya es hora de tenerle piedad,
tus servidores sienten amor por esas piedras
y se compadecen de esas ruinas.

Las naciones temerán tu Nombre, Señor,
y los reyes de la tierra se rendirán ante tu gloria:
cuando el Señor reedifique a Sión
y aparezca glorioso en medio de ella;
cuando acepte la oración del desvalido
y no desprecie su plegaria.

Quede esto escrito para el tiempo futuro
y un pueblo renovado alabe al Señor:
porque él se inclinó desde su alto Santuario
y miró a la tierra desde el cielo,
para escuchar el lamento de los cautivos
y librar a los condenados a muerte.




Mateo 11,28-30.

Jesús tomó la palabra y dijo:
"Vengan a mí todos los que están afligidos y agobiados, y yo los aliviaré.
Carguen sobre ustedes mi yugo y aprendan de mí, porque soy paciente y humilde de corazón, y así encontrarán alivio.
Porque mi yugo es suave y mi carga liviana."



Extraído de la Biblia: Libro del Pueblo de Dios.



Leer el comentario del Evangelio por :

San Jerónimo (347-420), sacerdote, traductor de la Biblia, doctor de la Iglesia
Comentario de la Epístola a los Gálatas (Obras completas de San Jerónimo, tomo 10)

«La carga ligera de la ley de Cristo» (Trad. ©Evangelizo.org)

«Ayúdense mutuamente a llevar sus cargas, y cumplirán así la ley de Cristo». El pecado es una carga, como lo atestigua el salmista cuando dice: «Mis pecados pesan sobre mí como una carga pesada». El Salvador se encargó de esa carga por nosotros, enseñándonos de este modo por su ejemplo lo que debemos hacer nosotros mismos. Pues el mismo carga el peso de nuestros pecados, Él sufre por nosotros (Is 53:4), e invita a los que están agobiados bajo el fuerte peso de la ley y de sus pecados a cargar el peso ligero de la virtud cuando dice: «Mi yugo es suave y mi carga ligera» (Mt 11:30).

Aquél que no se desespera por la salvación de su hermano, tiende la mano a aquél que implora su apoyo, llora con el que llora, es débil con los débiles, y mira los pecados del otro como los suyos propios, ése cumple por la caridad la ley de Cristo. ¿Cuál es esa ley de Cristo? «El mandamiento que les doy es que se amen los unos a los otros» (Jn 13:34) ¿Cómo el Hijo de Dios nos amó? «Nadie tiene mayor amor que el que da su vida por sus amigos» (Jn 15:13).

Aquél que no es clemente, que no se revistió de las entrañas de la misericordia y de las lágrimas, por muy elevado que sea en espiritualidad, no cumple la ley de Cristo.

Aquél que viene a socorrer al pobre agobiado bajo el peso de la indigencia y se hace amigo del dinero injusto (Lc 16:9), ése carga con las necesidades de su hermano. Es a él que Jesús dirá después de la resurrección general: «Vengan, benditos de mi Padre, reciban la herencia del Reino preparado para ustedes desde la creación del mundo. Porque tuve hambre y me dieron de comer, tuve sed y me dieron de beber» (Mt 25:34-35)