Evangelio Sábado 4 de Julio
Lectura del santo Evangelio según san Mateo (9, 14-17)
Gloria a ti, Señor.
En aquel tiempo, los discípulos de Juan fueron a ver a Jesús y le preguntaron:
"¿Por qué tus discípulos no ayunan, mientras nosotros y los fariseos sí ayunamos?"
Jesús les respondió: "¿Cómo pueden llevar luto los amigos del esposo, mientras él está con ellos? Pero ya vendrán días en que les quitarán al esposo, y entonces sí ayunarán.
Nadie remienda un vestido viejo con un parche de tela nueva, porque el remiendo nuevo encoge, rompe la tela vieja y así se hace luego más grande la rotura. Nadie echa el vino nuevo en odres viejos, porque los odres se rasgan, se tira el vino y se echan a perder los odres. El vino nuevo se echa en odres nuevos y así las dos cosas se conservan".
Los discípulos de Juan, uno de los grupos de la época de Jesús, también toman posición ante las actitudes y enseñanzas de Jesús. La religión judía veía en el ayuno y otras prácticas religiosas, tales como el descanso sabático, pago de diezmos, oraciones múltiples, lavado de manos y vajilla y muchas otras, una manera de unirse a Dios. Estas prácticas determinaban incluso la fidelidad o no a la alianza entre el pueblo elegido y su Dios. Pues bien, hoy se le pregunta a Jesús por qué sus discípulos no ayunan. Y él responde con un elemento fundamental de su predicación y enseñanza: La novedad del reino de Dios es ir ligado a la libertad. Ese es el sentido que tiene la pequeña parábola que el Señor usa para responder. A la práctica del ayuno, y sobre todo a la manera en que lo practicaban los grupos judíos (incluso los fariseos, según el texto), Jesús responde señalando que lo supremo y absoluto en la novedad del reino que él predica es la presencia definitiva de Dios en la historia (el novio en la fiesta), y dice que esa novedad no pega con la vieja estructura del judaísmo, que ha producido hombres y mujeres esclavos de las normas, el ayuno, el descanso y una larga lista (la tela nueva en el vestido viejo). En cambio el novio, la fiesta, la alegría y la libertad que produce el anuncio del reino están por encima de cualquier práctica o norma religiosa. Preguntémonos seriamente: ¿cómo vivimos la novedad y la libertad del reino que cada día nos sigue anunciando Jesús?
No hay comentarios.:
Publicar un comentario