En el día de san Jerónimo están de fiesta todos los esfuerzos por conocer y difundir la Sagrada Escritura. La Iglesia Católica ha reconocido siempre a san Jerónimo como un hombre elegido por Dios para explicar y hacer entender mejor la Santa Biblia. Por eso ha sido nombrado patrono de todos los que en el mundo se dedican a hacer entender y amar más las Sagradas Escrituras. Yendo al evangelio, Jesús, ante la cercanía de su pasión, tiene urgencia por definir el perfil de sus discípulos. La primera condición es aprender a soportar los momentos de inestabilidad e inseguridad, y a renunciar a todas las ataduras que impiden la libertad de la misión. La segunda condición, que surge del dicho "deja que los muertos entierren a sus muertos", exige al discípulo tomar conciencia de que la tarea de anunciar el reino de Dios está por encima de todos los deberes humanos. Aquí los "muertos" simbolizan a quienes son insensibles a la llamada de Jesús. La tercera condición es la disponibilidad inmediata. En los arados de Palestina, donde con una mano se conducía el arado mismo y con la otra los bueyes, una mirada atrás podría ocasionar el desvío del surco y el retraso de la siembra. Las palabras de Jesús no intentan crear una rivalidad entre la familia y el misionero; hay que entenderlas como orientaciones para que el discípulo aparte de su vida todo aquello que pueda ser un obstáculo para el ejercicio de su misión evangélica.
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