domingo, 20 de abril de 2014

El Evangelio del Día


domingo 20 Abril 2014

Domingo de Pascua de la Resurrección del Señor
DOMINGO DE PASCUA DE LA RESURRECCIÓN DEL SEÑOR

Santa Inés Montepulciano

Leer el comentario del Evangelio por
San Gregoario de Nisa : "Mira, hago nuevas todas las cosas" (Ap 21,5)

Hechos 10,34a.37-43.

Pedro, tomando la palabra, dijo:
"Ustedes ya saben qué ha ocurrido en toda Judea, comenzando por Galilea, después del bautismo que predicaba Juan:
cómo Dios ungió a Jesús de Nazaret con el Espíritu Santo, llenándolo de poder. El pasó haciendo el bien y curando a todos los que habían caído en poder del demonio, porque Dios estaba con él.
Nosotros somos testigos de todo lo que hizo en el país de los judíos y en Jerusalén. Y ellos lo mataron, suspendiéndolo de un patíbulo.
Pero Dios lo resucitó al tercer día y le concedió que se manifestara,
no a todo el pueblo, sino a testigos elegidos de antemano por Dios: a nosotros, que comimos y bebimos con él, después de su resurrección.
Y nos envió a predicar al pueblo, y atestiguar que él fue constituido por Dios Juez de vivos y muertos.
Todos los profetas dan testimonio de él, declarando que los que creen en él reciben el perdón de los pecados, en virtud de su Nombre".


Salmo 118(117),1-2.16ab-17.22-23.

¡Den gracias al Señor, porque es bueno,
porque es eterno su amor!
Que lo diga el pueblo de Israel:
¡es eterno su amor!

La mano del Señor es sublime,
la mano del Señor hace proezas.
No, no moriré:
viviré para publicar lo que hizo el Señor.

La piedra que desecharon los constructores
es ahora la piedra angular.
Esto ha sido hecho por el Señor
y es admirable a nuestros ojos.



Pablo a los Colosenses 3,1-4.

Hermanos:
Ya que ustedes han resucitado con Cristo, busquen los bienes del cielo donde Cristo está sentado a la derecha de Dios.
Tengan el pensamiento puesto en las cosas celestiales y no en las de la tierra.
Porque ustedes están muertos, y su vida está desde ahora oculta con Cristo en Dios.
Cuando se manifieste Cristo, que es nuestra vida, entonces ustedes también aparecerán con él, llenos de gloria.


Juan 20,1-9.

El primer día de la semana, de madrugada, cuando todavía estaba oscuro, María Magdalena fue al sepulcro y vio que la piedra había sido sacada.
Corrió al encuentro de Simón Pedro y del otro discípulo al que Jesús amaba, y les dijo: "Se han llevado del sepulcro al Señor y no sabemos dónde lo han puesto".
Pedro y el otro discípulo salieron y fueron al sepulcro.
Corrían los dos juntos, pero el otro discípulo corrió más rápidamente que Pedro y llegó antes.
Asomándose al sepulcro, vio las vendas en el suelo, aunque no entró.
Después llegó Simón Pedro, que lo seguía, y entró en el sepulcro: vio las vendas en el suelo,
y también el sudario que había cubierto su cabeza; este no estaba con las vendas, sino enrollado en un lugar aparte.
Luego entró el otro discípulo, que había llegado antes al sepulcro: él también vio y creyó.
Todavía no habían comprendido que, según la Escritura, él debía resucitar de entre los muertos.



Extraído de la Biblia: Libro del Pueblo de Dios.



Leer el comentario del Evangelio por :

San Gregoario de Nisa (c. 335-395), monje y obispo
2ª Homilía para Pascua

"Mira, hago nuevas todas las cosas" (Ap 21,5)

Hoy es el primer día de otra creación. En este día Dios crea "un cielo nuevo y una tierra nueva" (Is 65,17; Ap 21,1)… En este día es creado el hombre verdadero, el que es "a imagen y semejanza de Dios" (Gn 1,26). Mira qué mundo se inaugura en este día, "este día que el Señor ha hecho " (Sal. 117,24)… Este día abolió el dolor de la muerte y dio a luz "al primogénito de entre los muertos" (Col 1,18). En este día… la prisión de la muerte ha sido destruida, los ciegos recobran la vista, "el sol que nace de lo alto, viene para socorrer a los que viven en tinieblas y sombras de muerte" (Lc 1,78s)…

Apresurémonos, nosotros también, hacia la contemplación de este espectáculo extraordinario, para no ser adelantados por las mujeres. Tengamos en las manos los aromas que son la fe y la conciencia, porque allí está "El buen olor del Cristo" (Lc 24,1; 2Co 2,15). No busquemos más "Al Viviente entre los muertos" (Lc 24,5), porque el Señor rechaza al que le busca así, diciendo: "No me retengas" (Jn 20,17)… No representes más en tu fe su condición corporal de servidumbre, sino adora al que está en la gloria del Padre, en "condición de Dios"; y olvida "la condición del esclavo" (Ef. 2,6-7).

Escuchemos la buena noticia que nos trae María Magdalena, más rápida que el hombre gracias a su fe… ¿Qué buena noticia nos trae? aquella que no viene "de parte de los hombres, ni a través del hombre, sino por medio de Jesucristo" (Ga 1,1). "Escucha, dice ella, lo que el Señor nos ordenó deciros, a vosotros, a los que llama sus hermanos: ' subo al Padre mío y Padre vuestro, al Dios mío y Dios vuestro ' " (Jn 20,17). ¡Qué bella y buena noticia! El que, por nosotros se hizo como nosotros, con el fin de hacernos sus hermanos… atrae a todo el género humano con Él hacia el Padre verdadero… El, el primogénito de muchos hermanos (Rm 8,29), de la nueva creación atrajo hacia él la naturaleza entera.







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