miércoles, 29 de octubre de 2014

El Evangelio del Día


miércoles 29 Octubre 2014

Miércoles de la trigésima semana del tiempo ordinario

San Narciso de Jerusalén

Leer el comentario del Evangelio por
Simeón el Nuevo Teólogo : Reconocer desde ahora la puerta abierta

San Pablo a los Efesios 6,1-9.

Hijos, obedezcan a sus padres en el Señor porque esto es lo justo,
ya que el primer mandamiento que contiene una promesa es este: Honra a tu padre y a tu madre,
para que seas feliz y tengas una larga vida en la tierra.
Padres, no irriten a sus hijos; al contrario, edúquenlos, corrigiéndolos y aconsejándolos, según el espíritu del Señor.
Esclavos, obedezcan a sus patrones con temor y respeto, sin ninguna clase de doblez, como si sirvieran a Cristo;
no con una obediencia fingida que trata de agradar a los hombres, sino como servidores de Cristo, cumpliendo de todo corazón la voluntad de Dios.
Sirvan a sus dueños de buena gana, como si se tratara del Señor y no de los hombres,
teniendo en cuenta que el Señor retribuirá a cada uno el bien que haya hecho, sea un esclavo o un hombre libre.
Y ustedes, patrones, compórtense de la misma manera con sus servidores y dejen a un lado las amenazas, sabiendo que el Señor de ellos, que lo es también de ustedes, está en el cielo, y no hace acepción de personas.


Salmo 145(144),10-11.12-13ab.13cd-14.

Que todas tus obras te den gracias, Señor,
y tus fieles te bendigan;
que anuncien la gloria de tu reino
y proclamen tu poder.

Así manifestarán a los hombres tu fuerza
y el glorioso esplendor de tu reino:
tu reino es un reino eterno,
y tu dominio permanece para siempre.

El Señor es fiel en todas sus palabras
y bondadoso en todas sus acciones.
El Señor sostiene a los que caen
y endereza a los que están encorvados.




Lucas 13,22-30.

Jesús iba enseñando por las ciudades y pueblos, mientras se dirigía a Jerusalén.
Una persona le preguntó: "Señor, ¿es verdad que son pocos los que se salvan?". El respondió:
"Traten de entrar por la puerta estrecha, porque les aseguro que muchos querrán entrar y no lo conseguirán.
En cuanto el dueño de casa se levante y cierre la puerta, ustedes, desde afuera, se pondrán a golpear la puerta, diciendo: 'Señor, ábrenos'. Y él les responderá: 'No sé de dónde son ustedes'.
Entonces comenzarán a decir: 'Hemos comido y bebido contigo, y tú enseñaste en nuestras plazas'.
Pero él les dirá: 'No sé de dónde son ustedes; ¡apártense de mí todos los que hacen el mal!'.
Allí habrá llantos y rechinar de dientes, cuando vean a Abraham, a Isaac, a Jacob y a todos los profetas en el Reino de Dios, y ustedes sean arrojados afuera.
Y vendrán muchos de Oriente y de Occidente, del Norte y del Sur, a ocupar su lugar en el banquete del Reino de Dios.
Hay algunos que son los últimos y serán los primeros, y hay otros que son los primeros y serán los últimos".



Extraído de la Biblia: Libro del Pueblo de Dios.



Leer el comentario del Evangelio por :

Simeón el Nuevo Teólogo (c. 949-1022), monje griego
Himno 53

Reconocer desde ahora la puerta abierta

Ves, oh Cristo, mi angustia,
ves mi falta de valentía,
ves mi falta de fuerza,
ves mi pobreza,
ves mi debilidad,
y de mi, ¡oh Verbo, ten piedad!
Brilla ahora sobre mí como antiguamente,
alumbra mi alma, ilumina mis ojos
para verte, luz del mundo (Jn 8,12),
tú, el gozo, la felicidad,
la vida eterna,
delicia de los ángeles
tú, el Reino de los cielos
y del Paraíso,
corona de los justos,
su Juez y su Rey.
¿Por qué escondes tu rostro?
¿Por qué te alejas de mí, tú, mi Dios
tú, que no quieres jamás alejarte
de los que te aman?
¿Por qué me huyes, por qué me quemas
por qué me hieres y me aplastas?
Tú sabes que te amo
y que te busco con toda mi alma..
Revélate, según tu palabra…

¡Ábreme los dos batientes
la sala de bodas, Dios mío;
sí, no me cierres la puerta
de tu luz, oh Cristo mío!

"- ¿Piensas tú, hijo de los hombres,
forzarme con tus palabras?
¿Qué es lo que estás diciendo, insensato:
que escondo mi rostro?
¿Sospechas tú, aunque sea solo un poco
que cierro puertas y batientes?
¿Te imaginas tú
que me alejo jamás de ti?
¿Qué es lo que has dicho:
yo, verdaderamente, te enciendo, te quemo, te aplasto?
Tus palabras, es verdad, no son justas,
y esta idea tampoco es justa.
Mejor que escuches las palabras
que te voy a decir:
yo era luz, incluso antes de haber creado
todas las cosas que ves.
Por todas partes, yo soy, por todas partes, yo era,
y, habiendo creado toda la creación,
estoy por todas partes y en todo…

¡Considera mis beneficios,
mira mis designios,
aprende cuales son mis dones!
Me manifesté al mundo
y he dado a conocer a mi Padre,
he derramado abundantemente
mi Espíritu santísimo,
realmente, sobre toda carne.
He revelado mi nombre
a todos los hombres,
y a través de mis obras, porque soy creador,
porque soy el autor del mundo.
He dado a conocer y ahora muestro
Todo lo que es preciso hacer."







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