viernes, 31 de octubre de 2014

El Evangelio del Día


viernes 31 Octubre 2014

Viernes de la trigésima semana del tiempo ordinario

San Wolfgango de Ratisbona

Leer el comentario del Evangelio por
Baudoin de Ford : Hacia el sábado en plenitud

Pablo a los Filipenses 1,1-11.

Pablo y Timoteo, servidores de Cristo Jesús, saludan a todos los santos en Cristo Jesús, que se encuentran en Filipos, así como también a los que presiden la comunidad y a los diáconos.
Llegue a ustedes la gracia y la paz que proceden de Dios, nuestro Padre, y del Señor Jesucristo.
Yo doy gracias a Dios cada vez que los recuerdo.
Siempre y en todas mis oraciones pido con alegría por todos ustedes,
pensando en la colaboración que prestaron a la difusión del Evangelio, desde el comienzo hasta ahora.
Estoy firmemente convencido de que aquel que comenzó en ustedes la buena obra la irá completando hasta el Día de Cristo Jesús.
Y es justo que tenga estos sentimientos hacia todos ustedes, porque los llevo en mi corazón, ya que ustedes, sea cuando estoy prisionero, sea cuando trabajo en la defensa y en la confirmación del Evangelio, participan de la gracia que he recibido.
Dios es testigo de que los quiero tiernamente a todos en el corazón de Cristo Jesús.
Y en mi oración pido que el amor de ustedes crezca cada vez más en el conocimiento y en la plena comprensión,
a fin de que puedan discernir lo que es mejor. Así serán encontrados puros e irreprochables en el Día de Cristo,
llenos del fruto de justicia que proviene de Jesucristo, para la gloria y alabanza de Dios.


Salmo 111(110),1-2.3-4.5-6.

Doy gracias al Señor de todo corazón,
en la reunión y en la asamblea de los justos.
Grandes son las obras del Señor:
los que las aman desean comprenderlas.

Su obra es esplendor y majestad,
su justicia permanece para siempre.
El hizo portentos memorables,
el Señor es bondadoso y compasivo.

Proveyó de alimento a sus fieles
y se acuerda eternamente de su alianza.
Manifestó a su pueblo el poder de sus obras,
dándole la herencia de las naciones.





Lucas 14,1-6.

Un sábado, Jesús entró a comer en casa de uno de los principales fariseos. Ellos lo observaban atentamente.
Delante de él había un hombre enfermo de hidropesía.
Jesús preguntó a los doctores de la Ley y a los fariseos: "¿Está permitido curar en sábado o no?".
Pero ellos guardaron silencio. Entonces Jesús tomó de la mano al enfermo, lo curó y lo despidió.
Y volviéndose hacia ellos, les dijo: "Si a alguno de ustedes se le cae en un pozo su hijo o su buey, ¿acaso no lo saca en seguida, aunque sea sábado?".
A esto no pudieron responder nada.



Extraído de la Biblia: Libro del Pueblo de Dios.



Leer el comentario del Evangelio por :

Baudoin de Ford (¿-c. 1190), abad cisterciense, después obispo
El Sacramento del altar, 3,2

Hacia el sábado en plenitud

    Moisés dice: "El sábado será consagrado al Señor." El Señor ama el descanso, quiere descansar en nosotros y que nosotros descansemos en él. Pero hay un descanso de los tiempos a venir del que está escrito: "Dichosos desde ahora los muertos que mueren en el Señor. De seguro, podrán descansar de sus trabajos." Y hay un descanso del tiempo presente del cual dice el profeta: "Dejad de hacer el mal."


    Se llega al tiempo de descanso futuro por las seis obras de misericordia que se enumeran en el evangelio, en el lugar donde se dice: "Tuve hambre y me disteis de comer" [...] "Hay seis días en que se puede trabajar" luego viene la noche, es decir la muerte, cuando no se puede hacer nada. Después de estos seis días viene el sábado. Cuando todas las buenas obras se han realizado llega el descanso de las almas.


(Referencias bíblicas: Ex 31,15; Ap 14,13; Is 1,16; Mt 25,35ss; Lc 13,14; Jn 9,4)







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