jueves, 11 de diciembre de 2014

El Evangelio del Día


jueves 11 Diciembre 2014

Jueves de la segunda semana de Adviento

Santa María Maravillas de Jesús

Leer el comentario del Evangelio por
San Agustín : "Todos los profetas, al igual que la ley, han hablado hasta Juan"

Isaías 41,13-20.

Yo, el Señor, soy tu Dios, el que te sostengo de la mano derecha y te digo: "No temas, yo vengo en tu ayuda".
Tú eres un gusano, Jacob, eres una lombriz, Israel, pero no temas, yo vengo en tu ayuda -oráculo del Señor- y tu redentor es el Santo de Israel.
Yo te convertiré en una trilladora, afilada, nueva, de doble filo: trillarás las montañas y las pulverizarás, y dejarás las colinas como rastrojo.
Las aventarás y el viento se las llevará, y las dispersará la tormenta; y tú te alegrarás en el Señor, te gloriarás en el Santo de Israel.
Los pobres y los indigentes buscan agua en vano, su lengua está reseca por la sed. Pero yo, el Señor, les responderé, yo, el Dios de Israel, no los abandonaré.
Haré brotar ríos en las cumbres desiertas y manantiales en medio de los valles; convertiré el desierto en estanques, la tierra árida en vertientes de agua.
Pondré en el desierto cedros, acacias, mirtos y olivos silvestres; plantaré en la estepa cipreses, junto con olmos y pinos,
para que ellos vean y reconozcan, para que reflexionen y comprendan de una vez que la mano del Señor ha hecho esto, que el Santo de Israel lo ha creado.


Salmo 145(144),1.9.10-11.12-13ab.

Te alabaré, Dios mío, a ti, el único Rey,
y bendeciré tu Nombre eternamente;
el Señor es bueno con todos
y tiene compasión de todas sus criaturas.

Que todas tus obras te den gracias, Señor,
y tus fieles te bendigan;
que anuncien la gloria de tu reino
y proclamen tu poder.

Así manifestarán a los hombres tu fuerza
y el glorioso esplendor de tu reino:
tu reino es un reino eterno,
y tu dominio permanece para siempre.




Mateo 11,11-15.

Jesús dijo a la multitud:
"Les aseguro que no ha nacido ningún hombre más grande que Juan el Bautista; y sin embargo, el más pequeño en el Reino de los Cielos es más grande que él.
Desde la época de Juan el Bautista hasta ahora, el Reino de los Cielos es combatido violentamente, y los violentos intentan arrebatarlo.
Porque todos los Profetas, lo mismo que la Ley, han profetizado hasta Juan.
Y si ustedes quieren creerme, él es aquel Elías que debe volver.
¡El que tenga oídos, que oiga!"



Extraído de la Biblia: Libro del Pueblo de Dios.



Leer el comentario del Evangelio por :

San Agustín (354-430), obispo de Hipona (África del Norte), doctor de la Iglesia
Tratado contra los donatistas, libro segundo

"Todos los profetas, al igual que la ley, han hablado hasta Juan"

Hermanos, la ley y los profetas contenían, hasta llegar Juan, unos signos que tenían por finalidad anunciar el porvenir. Los signos de la nueva ley, en cambio, los sacramentos de nuestro tiempo, atestiguan la venida de lo que anunciaron los antiguos. Y Juan es entre todos los precursores de Cristo el que lo anuncia como inminente.

Porque todos los justos y todos los profetas de los siglos anteriores anhelaban ver el cumplimiento de aquello que el Espíritu Santo les hacía vislumbrar de lejos, levantando el velo de lo que había de suceder. El Señor Jesús lo dice él mismo: "...muchos profetas y justos desearon ver lo que vosotros veis y no lo vieron, y oír lo que oís y no lo oyeron." (Mt 13,17) Por esto se dice de Juan que es más que un profeta y que no hay otro mayor que él entre los nacidos de mujer.

En efecto, los justos de los primeros tiempos tan sólo gozaban del favor de anunciar a Cristo; Juan Bautista, en cambio, tuvo la gracia de anunciarlo cuando todavía estaba lejos, y de verlo, por fin, presente. Juan ha visto sin velo a aquel que los otros anhelaban ver. De hecho, el signo de su bautismo pertenece todavía a la era del anuncio de Cristo que viene, si bien en el último extremo de esta espera. Hasta Juan existían las predicciones de la venida del Señor; ahora, después de Juan, esta venida de Cristo no se predice, se proclama.







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