lunes, 27 de junio de 2016

El Evangelio del Día


lunes 27 Junio 2016

Lunes de la decimotercera semana del tiempo ordinario

San Cirilo de Alejandría

Leer el comentario del Evangelio por
Beato Carlos de Foucauld : "El Hijo del hombre no tiene donde reclinar la cabeza."

Amos 2,6-10.13-16.

Así habla el Señor:
Por tres crímenes de Israel, y por cuatro, no revocaré mi sentencia. Porque ellos venden al justo por dinero y al pobre por un par de sandalias;
pisotean sobre el polvo de la tierra la cabeza de los débiles y desvían el camino de los humildes; el hijo y el padre tienen relaciones con la misma joven, profanando así mi santo Nombre;
se tienden sobre ropas tomadas en prenda, al lado de cualquier altar, y beben en la Casa de su Dios el vino confiscado injustamente...
¡Y pensar que yo destruí ante ellos al amorreo, cuya altura era igual a la de los cedros y que era fuerte como las encinas: arranqué su fruto por arriba y sus raíces por debajo!
Y a ustedes, los hice subir del país de Egipto y los conduje cuarenta años por el desierto, para que tomaran en posesión el país del amorreo.
Por eso, yo los voy a aplastar, como aplasta un carro cargado de gavillas.
El hombre veloz no tendrá escapatoria, el fuerte no podrá valerse de su fuerza ni el valiente salvará su vida;
el arquero no resistirá, el de piernas ágiles no escapará, el jinete no salvará su vida,
y el más valeroso entre los valientes huirá desnudo aquel día -oráculo del Señor-.


Salmo 50(49),16bc-17.18-19.20-21.22-23.

¿Cómo te atreves a pregonar mis mandamientos
y a mencionar mi alianza con tu boca,
tú, que aborreces toda enseñanza
y te despreocupas de mis palabras?

Si ves a un ladrón, tratas de emularlo;
haces causa común con los adúlteros;
hablas mal sin ningún reparo
y tramas engaños con tu lengua.

Te sientas a conversar contra tu hermano,
deshonras al hijo de tu propia madre.
Haces esto, ¿y yo me voy a callar?
¿Piensas acaso que soy como tú?
Te acusaré y te argüiré cara a cara.

Entiendan bien esto, los que olvidan a Dios,
no sea que yo los destruya sin remedio.
El que ofrece sacrificios de alabanza,
me honra de verdad;
y al que va por el buen camino,
le haré gustar la salvación de Dios."





Mateo 8,18-22.

Al verse rodeado de tanta gente, Jesús mandó a sus discípulos que cruzaran a la otra orilla.
Entonces se aproximó un escriba y le dijo: "Maestro, te seguiré adonde vayas".
Jesús le respondió: "Los zorros tienen sus cuevas y las aves del cielo sus nidos; pero el Hijo del hombre no tiene dónde reclinar la cabeza".
Otro de sus discípulos le dijo: "Señor, permíteme que vaya antes a enterrar a mi padre".
Pero Jesús le respondió: "Sígueme, y deja que los muertos entierren a sus muertos".



Extraído de la Biblia: Libro del Pueblo de Dios.



Leer el comentario del Evangelio por :

Beato Carlos de Foucauld (1858-1916), ermitaño y misionero en el Sahara
Retiro en Nazaret. Escritos espirituales

"El Hijo del hombre no tiene donde reclinar la cabeza."

¡Oh, Señor mío, Jesús, he aquí esta divina pobreza! ¡Con qué razón es necesario que tú mismo me instruyas! ¡Tú querías tanto la pobreza!... En tu vida mortal era tu fiel compañera. La has dejado como heredad a tus santos, a todos aquellos que quieren seguirte, a todos los que quieren ser discípulos tuyos. La has enseñado con los ejemplos de toda tu vida. La has glorificado, declarado bienaventurada, necesaria. Has elegido como padres a unos pobres trabajadores. Has nacido en una cueva que servía de establo. Has sido pobre en las peripecias de tu infancia. Tus primeros adoradores eran los pastores. En tu presentación en el templo fueron ofrecidos dos pichones, el don de los pobres. Has vivido treinta años como pobre trabajador, en este Nazaret que tengo la dicha poder conocer, donde tengo el gozo...de recoger estiércol.

Luego, durante tu vida pública, has vivido de limosna en medio de unos pescadores pobres que te habías escogido como compañeros. "Sin una piedra donde reclinar la cabeza". En el Calvario, fuiste despojado de todos tus vestidos, tu única posesión, y los soldados echaron la suerte sobre ellos, a ver a quien tocaba. Moriste desnudo y fuiste sepultado por limosna, por unos extranjeros. "Dichosos los pobres". (Mt 5,3)

¡Señor mío, Jesús, aquel que te ama de todo corazón, no queriendo ser más rico que tú, su bien-amado, llegará muy pronto a ser pobre!







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